Estamos
tan acostumbrados a conversar con otras personas o a expresar nuestras
opiniones mediante el habla, que a veces
perdemos de vista que el simple hecho de hacerlo ya implica un proceso de producción de
sentido, a través del lenguaje oral.
Cuando se hace mención de un proceso de producción
de sentido, nos referimos a que la interacción comunicativa entre dos o más
personas, no se resume a una simple transmisión de información, sino que
requiere de un proceso de interpretación.
Ahora bien, ¿no te ha pasado que la interpretación
que le dio la otra persona a tu mensaje fue incorrecta? ¿O que dicha
interpretación te dio problemas? ¿O que la otra persona escuchó el mensaje
incompleto y le dio la interpretación errónea? En otras ocasiones, Quizá no
querías decir algo o simplemente no lo dijiste, pero tu rostro lo expresó todo;
Así es el lenguaje y éste no sólo implica la oralidad.
En pocas palabras, el lenguaje puede ser oral,
escrito, gestual y para que éste se efectúe, es necesario hacer uso de la
lengua, que según Saussure “es un sistema de signos que expresan ideas, y
por tanto comparable a la escritura, al alfabeto de los sordos mudos, los ritos
simbólicos, a la forma de urbanidad, a las señas militares, etc. Solo que es el
más importante de esos sistemas.”
Sin embargo, aunque el lenguaje no se simplifique
en el habla, los individuos suelen comunicarse mayormente mediante ésta, y pese
a los casos mencionados anteriormente, es la menos propensa a malas interpretaciones,
puesto que el sujeto hablante utiliza un tono y expresión para dar a entender
lo que desea decir.
De acuerdo a lo anterior, es importante mencionar
que a la hora de efectuar un discurso oral, el emisor u orador debe tener clara
la intención comunicativa, que es el objetivo fijado de manera previa al momento de
hablar o emitir el mensaje. Ello, para lograr completa claridad y
generar en los receptores la interpretación correcta, además de alcanzar el
objetivo trazado desde un inicio para coaccionar a los espectadores.
Por ejemplo, un político en
campaña tiene como objetivo de sus alocuciones públicas, ganar votos, por lo
tanto mediante su discurso , el individuo demuestra propiedad con respecto a
los temas más relevantes y preponderantes de interés público; además de mostrarse
como una persona que se preocupa por la dignidad humana, que representa a las
personas que carecen de privilegios, etc.
Como lo afirmó Abraham Lincoln, "Medir las
palabras no es necesariamente endulzar su expresión, sino haber previsto y
aceptado las consecuencias de ellas". Es decir, que es
necesario comprender que todo el discurso hablado tiene una consecuencia, ya
sea en cuanto a su interpretación o a los compromisos que se pueden adquirir
humanamente a causa del mismo.
Finalmente, es necesario tener
presente que la expresión o comunicación oral está vigente desde que nos
levantamos, hasta que regresamos a la cama y por ello es imprescindible que lo
hagamos de forma correcta. Más adelante les estaremos dando algunas
recomendaciones para tener una comunicación exitosa, haciendo buen uso del
discurso hablado.
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