Conforme fueron pasando los
años, este niño se volvió un ladrón muy peligroso, pero como sabemos, este tipo
de acción no siempre termina bien, y un día, atraparon a este ladrón, lo
esposaron de manos a la espalda y lo llevaron la cárcel. Su Madre lo seguía,
golpeándose el pecho por tal decepción.
Cuando el ladrón llamó a su
madre para decirle algo al oído, este le dio un mordisco a la oreja de su madre
arrancándole el lóbulo de la oreja. La madre, indignada le dijo:
-"¡¿No
estas conforme con tus delitos que ahora me hieres a mí, a tu Madre?!
A lo que
el hijo ladrón le dijo:
- "Si la primera vez que te di aquellos los libros
que robé en la escuela, me hubieras corregido, hoy hubiera sido otra persona y
no me encontraría en esta lamentable situación."
Moraleja: Lo que no se corrige en la niñez, crece y se agranda después.
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