
El
ensayo es un tipo de prosa que brevemente analiza, interpreta o
evalúa un tema. Se considera un género literario, al igual que la poesía, la
ficción y el drama.
El
ensayo con el que se suelen encontrar los estudiantes es el
ensayo que constituye una pregunta de tarea o examen y que se diferencia de
otros tipos de redacción en que: Utiliza un tono formal. Por ello deben
evitarse el humor, el sarcasmo, el vocabulario coloquial y las observaciones
tangenciales o irrelevantes. Aunque el propósito fundamental del ensayo de
examen o tarea es demostrar los propios conocimientos sobre el curso de la
manera más completa posible, hay que hacerlo con respeto y total conocimiento
de lo que se está escribiendo.
Es importante responder exactamente a la
pregunta. Hay que tener en cuenta que un ensayo
suele juzgarse de acuerdo con tres criterios: Un contenido relevante y bien
documentado, un argumento apropiado y
bien organizado, el uso correcto e idiomático del lenguaje.
La introducción le indica al
lector: el propósito del escritor, el acercamiento al tema y la organización
que seguirá el ensayo. Vamos a ver
cómo se logra algo tan aparentemente complejo. El primer paso de la
introducción consiste en generar ideas pero ¡cuidado!: se trata de generar
ideas sobre una pregunta concreta y no sobre un tema muy amplio. Por lo tanto,
habrá que limitar el tema y enfocarlo, es decir, organizarlo de acuerdo con una
cierta perspectiva y mediante una serie de preguntas que el escritor se hace a
sí mismo.
En el nudo/cuerpo tiene
lugar el desarrollo de los aspectos que se indicaron en la introducción. Por lo
general, cada aspecto mencionado en la tesis ocupará un párrafo del ensayo. Ahora bien, la organización del
nudo/cuerpo variará algo según se escoja una u otra estrategia de argumentación.
Es una sección muy importante del ensayo
pues demuestra la capacidad de organización y argumentación del escritor. Así
pues, son cruciales en esta sección, el uso adecuado de transiciones y el buen
manejo de la lógica.
La conclusión es el último
párrafo del ensayo y debe recoger (o recapitular) las ideas que se presentaron
en la tesis, en la introducción. En la conclusión se invierte la fórmula de la
introducción: se empieza con un breve resumen del ensayo y se termina con una
frase bien pensada que llame la atención del lector sobre el punto clave del
artículo. Esta última frase debe reflejar bien el enfoque del ensayo y a menudo servir para situar la
idea central dentro de un contexto más amplio.
Dicho esto, podemos concluir
entonces, que el ensayo es la
herramienta clave, importante, y básica, para expresar puntos de vista
sobre un tema y lograr adquirir conocimientos sobre éste; se trate del campo
literario o de las demás áreas.
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