martes, 14 de abril de 2015

El arte de redactar




Redactar no es una tarea fácil, y es, sobre todo una práctica que se adquiere con la experiencia,  siendo un lector activo, un escritor empedernido y profesando gran amor por las letras. Aunque muchos de nosotros no somos expertos, existen algunas pautas indispensables a la hora de sentarnos a redactar un texto. 

Aquí te damos algunos consejos

Lo primero y más importante se trata de la selección del tema, búsqueda de información, elaboración de un bosquejo, redacción de un borrador, revisiones, redacción definitiva.

Después, es muy importante saber ¿Qué quiero decir?, ¿cómo quiero decirlo?, ¿para qué asignatura es?… Estas y otras preguntas son las que nos debemos hacer antes de ponernos a escribir. Lo principal es que tengamos muy claro de qué vamos a hablar antes de empezar, para que la redacción no se nos complique y acabe siendo liosa. Hacer un esquema con las ideas principales y secundarias del texto y lo que va en cada tema o lo que no se nos puede olvidar contar, nos va a ayudar a organizarnos.

Si el texto que vamos a escribir no es solo para nosotros, entonces debemos pensar en el lector. Hay que intentar que nos entienda, por ello escribir frases cortas y olvidarnos de interminables subordinadas. Trasmitir de forma sencilla y concisa la idea siempre dará buen resultado.

Un adjetivo bien usado ayuda a describir lo que queremos decir. Da color al texto. Pero no nos dejemos engañar por su apariencia inocente de complemento del sustantivo, no. El adjetivo es un ente malvado que crea adicción y convierte cualquier texto sencillo en una rimbombante compilación de palabras llenas de florituras, que trasmiten imágenes repelentemente cursis.

La construcción del lenguaje hablado y del escrito son diferentes. La redacción de un artículo periodístico o de un trabajo para la universidad no puede ni debe ser un texto literario, pero tampoco una conversación con los colegas. Tanto si nos decidimos por un estilo distendido, uno más neutral o uno de carácter académico, debemos cuidar que las frases no sigan el patrón de una conversación, sino el de una redacción. Cada frase debe tener sujeto, predicado y los complementos necesarios, y cada idea debe estar enunciada y concluida, sin que se quede nada en el aire.

El lector necesita respirar y comprender. Nosotros necesitamos concluir las ideas, enumerarlas, explicarlas. Puntuar correctamente es indispensable para redactar bien y además nos ayuda a organizar nuestros pensamientos para que el texto no sea caótico.

Escribir maravillosamente es un arte reservado a unos pocos afortunados, pero escribir bien y de forma correcta lo podemos hacer todos y la buena noticia es que como mejor se aprende es leyendo y practicando. Además de fácil, divertido. ¿Qué más se puede pedir?

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