miércoles, 11 de marzo de 2015

Explorando el inacabable mundo de los sinónimos y los antónimos


En muchas ocasiones ocurre que los amantes de la escritura se mantienen en una constante búsqueda por encontrar estrategias y alternativas que les permitan enriquecer su vocabulario para que de este modo sus producciones escritas no se tornen planas y repetitivas. En este sentido los sinónimos y los antónimos cobran vital preponderancia, ellos potencian la diversidad de los recursos expresivos para que quienes los emplean obtengan un amplio conjunto de palabras, aprovechando al máximo todas aquellas ventajas que el lenguaje escrito ofrece.
Definido esto, es importante saber que un sinónimo es una palabra que tiene un significado total o parcialmente idéntico a otra. En castellano se usa en los textos para no repetir palabras, de manera que se enriquece el discurso. La sinonimia y otras relaciones similares son también importantes en el análisis para la preparación de las definiciones de los diccionarios.
También resulta importante conocer que en el castellano existen dos tipos de sinónimos: los totales y los parciales: Los primeros son aquellas palabras que tienen el mismo significado en todos los contextos lingüísticos, como micrón y micra (dejando aparte consideraciones terminológicas). Y, los sinónimos parciales o contextuales, son palabras que tienen el mismo significado en muchos contextos lingüísticos pero no en todos, como en el caso de coche y automóvil; así, podemos decir «Mi padre subió a un automóvil» o «Mi padre subió a un coche», pero aunque podemos decir «La locomotora arrastraba tres coches» no podemos decir «La locomotora arrastraba tres automóviles». El hablante suele tener que elegir un sinónimo dependiendo del contexto, pues existe una palabra más adecuada para cada situación.  

Por otra parte destacamos también el valor de los antónimos, en el la medida en que se describen como aquellas palabras que se oponen a otras, es decir, que significa lo contrario. Existen algunos tipos de antónimos, los graduales son esas dos palabras se oponen de forma progresiva, pues hay otras palabras que significan lo mismo con diferente grado, a estos también se les llama polares y a los extremos se les llama polos. Por su parte en los antónimos complementarios, el significado de una palabra elimina el de la otra. Si hablamos de los recíprocos o inversos, el significado de una palabra implica el de la otra, es decir, no se puede dar uno sin el otro.

Así, todas las palabras con las cuales nos comunicamos presentan un antónimo, o al menos diferentes palabras que van suavizando un poco las cualidades del objeto que representan, hasta que finalmente se llega al término totalmente opuesto. Pero no todos los antónimos se oponen férreamente, sino que hay algunos, por ejemplo, padre e hijo, compra y venta que se complementan, por tanto no pueden existir sin el otro de ninguna manera.

Podemos concluir entonces, que el conocimiento de los antónimos y sinónimos de casi todas las palabras, permite enriquecer el lenguaje y en algunos casos comprender mucho mejor el significado de algunas palabras: a veces para entender qué es la felicidad necesitarán saber qué no lo es y para ello deberán indefectiblemente conocer qué es el sufrimiento, o por otra parte, requerirán identificar una palabra que sea conocida para asociarla con una desconocida.





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