lunes, 4 de mayo de 2015

Tecnicas de estudio



Estudiar significa que es necesario comprender e interiorizar los conceptos nuevos que se vallan adquiriendo. Es por ello que no es aconsejable memorizar los conceptos, puesto que estos se olvidan; simplemente quedan presentes en un corto lapso.Es necesario entonces, verificar que método de estudio es el más indicado para cada uno, de modo que en este artículo expondremos cuales técnicas son las más eficientes.
  • Subrayar: Se trata simplemente de destacar las partes más significativas del texto usando distintos colores. Lo ideal es hacer primero una lectura comprensiva y subrayar lo más notable para, posteriormente, proceder al estudio.
  • Realiza tus propios Apuntes: La idea es resumir el tema con un lenguaje propio y así dejar las ideas principales o los datos importantes de manera clara.
  •  Mapas Mentales: Ayuda a organizar la información e ideas, de modo en que se despliega hacia subtemas.
  • Fichas de Estudio: es un método de aprendizaje especialmente eficaz a la hora de asimilar datos concretos, fechas, números o vocabulario. Por tanto, materias como Historia, Química, Geografía o cualquier idioma son mucho más fáciles si incluimos las fichas de estudio entre nuestras técnicas de estudio.
  • Tests: podemos comprobar que áreas llevamos mejor y cuáles peor, para así centrar los esfuerzos donde sea necesario, adicional de retarse a uno mismo u otro compañero para saber realmente que tanto se del tema.
  • Brainstorming: una reunión de un grupo de personas que realiza una lluvia de ideas sobre un determinado tema, de forma que se pueden considerar diferentes ideas y perspectivas.

domingo, 3 de mayo de 2015

Cuento de la semana: " El enamorado Portugués"

Miguel de Cervantes Saavedra





Yo, señores, soy portugués de nación, noble en sangre, rico en los bienes de fortuna y no pobre en los de naturaleza. Mi nombre es Manuel de Sosa Coitiño; mi patria, Lisboa, y mi ejercicio el de soldado. Junto a las casas de mis padres, casi pared en medio, estaba la de otro caballero del antiguo linaje de los Pereiras, el cual tenía sola una hija, única heredera de sus bienes, que eran muchos, báculo y esperanza de la prosperidad de sus padres; la cual, por el linaje, por la riqueza y por la hermosura, era deseada de todos los mejores del reino de Portugal. Y yo, que, como más vecino de su casa, tenía más comodidad de verla, la miré, la conocí y la adoré con una esperanza más dudosa que cierta, de que podría ser viniese a ser mi esposa; y, por ahorrar de tiempo, y por entender que con ella habían de valer poco requiebros, promesas ni dádivas, determiné de que un pariente mío se la pidiese a sus padres para esposa mía, pues ni en el linaje, ni en la hacienda, ni aun en la edad, diferenciábamos en nada.



La respuesta que trujo fue que su hija Leonora aún no estaba en edad de casarse; que dejase pasar dos años, que le daba la palabra de no disponer de su hija en todo aquel tiempo sin hacerme sabidor dello. Llevé este primer golpe en los hombros de mi paciencia y en el escudo de la esperanza, pero no dejé por esto de servirla públicamente a sombra de mi honesta pretensión, que luego se supo por toda la ciudad; pero ella, retirada en la fortaleza de su prudencia y en los retretes de su recato, con honestidad y licencia de sus padres, admitía mis servicios, y daba a entender que, si no los agradecía con otros, por lo menos no los desestimaba.

Sucedió que, en este tiempo, mi rey me envió por capitán general a una de las fuerzas que tiene en Berbería, oficio de calidad y de confianza. Llegose el día de mi partida, y, pues en él no llegó el de mi muerte, no hay ausencia que mate ni dolor que consuma. Hablé a su padre, hícele que me volviese a dar la palabra de la espera de los dos años; túvome lástima, porque era discreto, y consintió que me despidiese de su mujer y de su hija Leonor, la cual, en compañía de su madre, salió a verme a una sala, y salieron con ella la honestidad, la gallardía y el silencio. Pasmeme cuando vi tan cerca de mí tanta hermosura; quise hablar, y anudóseme la voz a la garganta y pegóseme al paladar la lengua, y ni supe ni pude hacer otra cosa que callar y dar con mi silencio indicio de mi turbación, la cual vista por el padre, que era tan cortés como discreto, se abrazó conmigo, y dijo: "Nunca, señor Manuel de Sosa, los días de partida dan licencia a la lengua que se desmande, y puede ser que este silencio hable en su favor de vuesa merced más que alguna otra retórica. Vuesa merced vaya a ejercer su cargo, y vuelva en buen punto, que yo no faltaré ninguno en lo que tocare a servirle. Leonora, mi hija, es obediente, y mi mujer desea darme gusto, y yo tengo el deseo que he dicho; que con estas tres cosas, me parece que puede esperar vuesa merced buen suceso en lo que desea". Estas palabras todas me quedaron en la memoria y en el alma impresas de tal manera que no se me han olvidado, ni se me olvidarán en tanto que la vida me durare. Ni la hermosa Leonora ni su madre me dijeron palabra, ni yo pude, como he dicho, decir alguna.

Partime a Berbería; ejercité mi cargo, con satisfación de mi rey, dos años; volví a Lisboa, hallé que la fama y hermosura de Leonora había salido ya de los límites de la ciudad y del reino, y estendídose por Castilla y otras partes, de las cuales venían embajadas de príncipes y señores que la pretendían por esposa; pero, como ella tenía la voluntad tan sujeta a la de sus padres, no miraba si era o no solicitada. En fin, viendo yo pasado el término de los dos años, volví a suplicar a su padre me la diese por esposa.

¡Ay de mí, que no es posible que me detenga en estas circunstancias, porque a las puertas de mi vida está llamando la muerte, y temo que no me ha de dar espacio para contar mis desventuras; que, si así fuese, no las tendría yo por tales!
Finalmente, un día me avisaron que, para un domingo venidero, me entregarían a mi deseada Leonora, cuya nueva faltó poco para no quitarme la vida de contento. Convidé a mis parientes, llamé a mis amigos, hice galas, envié presentes, con todos los requisitos que pudiesen mostrar ser yo el que me casaba y Leonora la que había de ser mi esposa. Llegose este día, y yo fui acompañado de todo lo mejor de la ciudad a un monasterio de monjas que se llama de la Madre de Dios, adonde me dijeron que mi esposa, desde el día antes, me esperaba; que había sido su gusto que en aquel monasterio se celebrase su desposorio, con licencia del arzobispo de la ciudad.

Detúvose algún tanto el lastimado caballero, como para tomar aliento de proseguir su plática, y luego dijo:
Llegué al monasterio, que real y pomposamente estaba adornado. Salieron a recebirme casi toda la gente principal del reino, que allí aguardándome estaba, con infinitas señoras de la ciudad, de las más principales. Hundíase el templo de música, así de voces como de instrumentos, y en esto salió por la puerta del claustro la sin par Leonora, acompañada de la priora y de otras muchas monjas, vestida de raso blanco acuchillado con saya entera a lo castellano, tomadas las cuchilladas con ricas y gruesas perlas. Venía forrada la saya en tela de oro verde; traía los cabellos sueltos por las espaldas, tan rubios que deslumbraban los del sol, y tan luengos que casi besaban la tierra; la cintura, collar y anillos que traía, opiniones hubo que valían un reino. Torno a decir que salió tan bella, tan costosa, tan gallarda y tan ricamente compuesta y adornada, que causó invidia en las mujeres y admiración en los hombres. De mí sé decir que quedé tal con su vista, que me hallé indigno de merecerla, por parecerme que la agraviaba, aunque yo fuera el emperador del mundo.

Estaba hecho un modo de teatro en mitad del cuerpo de la iglesia, donde desenfadadamente, y sin que nadie lo empachase, se había de celebrar nuestro desposorio. Subió en él primero la hermosa doncella, donde al descubierto mostró su gallardía y gentileza. Pareció a todos los ojos que la miraban lo que suele parecer la bella aurora al despuntar del día, o lo que dicen las antiguas fábulas que parecía la casta Diana en los bosques, y algunos creo que hubo tan discretos que no la acertaron a comparar sino a sí misma. Subí yo al teatro, pensando que subía a mi cielo, y, puesto de rodillas ante ella, casi di demostración de adorarla. Alzose una voz en el templo, procedida de otras muchas, que decía: "Vivid felices y luengos años en el mundo, ¡oh dichosos y bellísimos amantes! Coronen presto hermosísimos hijos vuestra mesa, y a largo andar se dilate vuestro amor en vuestros nietos; no sepan los rabiosos celos ni las dudosas sospechas la morada de vuestros pechos; ríndase la invidia a vuestros pies, y la buena fortuna no acierte a salir de vuestra casa".

Todas estas razones y deprecaciones santas me colmaban el alma de contento, viendo con qué gusto general llevaba el pueblo mi ventura. En esto, la hermosa Leonora me tomó por la mano, y, así en pie como estábamos, alzando un poco la voz, me dijo: "Bien sabéis, señor Manuel de Sosa, cómo mi padre os dio palabra que no dispondría de mi persona en dos años, que se habían de contar desde el día que me pedistes fuese yo vuestra esposa; y también, si mal no me acuerdo, os dije yo, viéndome acosada de vuestra solicitud y obligada de los infinitos beneficios que me habéis hecho, más por vuestra cortesía que por mis merecimientos, que yo no tomaría otro esposo en la tierra sino a vos. Esta palabra mi padre os la ha cumplido, como habéis visto, y yo os quiero cumplir la mía, como veréis. Y así, porque sé que los engaños, aunque sean honrosos y provechosos, tienen un no sé qué de traición cuando se dilatan y entretienen, quiero, del que os parecerá que os he hecho, sacaros en este instante. Yo, señor mío, soy casada, y en ninguna manera, siendo mi esposo vivo, puedo casarme con otro. Yo no os dejo por ningún hombre de la tierra, sino por uno del cielo, que es Jesucristo, Dios y hombre verdadero: Él es mi esposo; a Él le di la palabra primero que a vos; a Él sin engaño y de toda mi voluntad, y a vos con disimulación y sin firmeza alguna. Yo confieso que para escoger esposo en la tierra ninguno os pudiera igualar, pero, habiéndole de escoger en el cielo, ¿quién como Dios? Si esto os parece traición o descomedido trato, dadme la pena que quisiéredes y el nombre que se os antojare, que no habrá muerte, promesa o amenaza que me aparte del crucificado esposo mío".

Calló, y al mismo punto la priora y las otras monjas comenzaron a desnudarla y a cortarle la preciosa madeja de sus cabellos. Yo enmudecí; y, por no dar muestra de flaqueza, tuve cuenta con reprimir las lágrimas que me venían a los ojos, y, hincándome otra vez de rodillas ante ella, casi por fuerza la besé la mano, y ella, cristianamente compasiva, me echó los brazos al cuello; alceme en pie, y, alzando la voz de modo que todos me oyesen, dije: Maria optiman partem elegit. Y, diciendo esto, me bajé del teatro, y, acompañado de mis amigos, me volví a mi casa, adonde, yendo y viniendo con la imaginación en este estraño suceso, vine casi a perder el juicio, y ahora por la misma causa vengo a perder la vida.

Y, dando un gran suspiro, se le salió el alma y dio consigo en el suelo.
Acudió con presteza Periandro a verle, y halló que había espirado de todo punto, dejando a todos confusos y admirados del triste y no imaginado suceso.

viernes, 1 de mayo de 2015

¿Cuáles son los textos guías?


 

Alguna vez has tenido que producir un texto que sea de tu elección para un trabajo en una asignatura y ¿no sabes cómo hacerlo?, pues bien debemos iniciar haciendo una aclaración sumamente importante, existen varias clases de tipos de textos guías, el primer es texto narrativo, descriptivo, dialogado, expositivo, y argumentativo.

A continuación, te daremos una breve descripción acerca de cómo utilizar los diferentes textos guías presentados anteriormente y cuál es la función de cada uno de estos.

El primer tipo de texto que encontramos en el narrativo, se encarga de relatar los hechos que le suceden algunos personajes en un lugar y tiempo determinado. En estos textos narrativos, encontramos una subdivisión como: novelas, cuentos, noticias entre otros. Los cuales tienen como fin responder a una sola pregunta: ¿Qué pasa?, para realizar estos escritos es necesario utilizar un lenguaje con verbos de acción como: compone, define, describe, etc.

El siguiente texto es descriptivo, es aquel que describe como son los objetos, sentimientos, animales, espacios, situaciones, personas, y emociones. Para llevar a cabo este texto es necesario utilizar dos elementos fundamentales como: la selección de la información más importante y ordenar esta información de acuerdo al espacio y tiempo que permita hacer una transición de lo general a lo particular.  Este tiene como subdivisión: guías de viaje, novelas, cuentos, cartas, diarios, entre otros. Todos teniendo como propósito responder al: ¿Cómo es? Y para ellos requiere de la utilización de un lenguaje con adjetivos.

El tercer texto que encontramos es el dialogado, este no es utilizado demasiado, puesto que no se conoce mucho de él.  Este hace referencia a la reproducción literalmente de las palabras de los personajes. El cual tiene como objetivo responder a la pregunta: ¿Qué dicen?, para ello requiere además de la utilización de acotaciones, guiones y comillas.

Encontramos modelos de textos dialogados como: piezas teatrales,  diálogos en cuentos y novelas, entrevistas, entre otros.

El antepenúltimo texto que es importante mencionarlo es el expositivo, pues usualmente requerimos de la utilización de esté, el cual consiste en explicar de manera objetivo unos hechos o un tema en específico, para ello debes tener en cuenta ciertos elementos como: utilizar un lenguaje sencillo, claro y directo, realizar una exposición lógica de los hechos o el tema, y recuerda no inmiscuirte en el escrito, ósea no mencionar tu opinión. El texto expositivo, busca responder a un interrogante: ¿Por qué es así? Encontramos algunos modelos como: libros de texto, artículos de divulgación,  enciclopedias, etcétera.

Y finalmente, está el argumentativo, los cuales se basan en defender una idea o postura por medio de datos, razones o argumentos que lo sustenten. Para ello es necesario tener como referencia una estructura para su construcción: tesis (idea o argumento que defiende el autor), los argumentos (opiniones, datos, entre otros que puedan justificar la tesis) y una conclusión (resume todo lo dicho en el texto). Es importante no dejar a un lado,  el lenguaje que se usa en el escrito, que debe estar compuesto por: verbos  que expresen opinión.


Los modelos de textos argumentativos más destacados son los siguientes: artículos de opinión, críticas de prensa, entre otros.

martes, 28 de abril de 2015

Los textos descriptivos como pintura verbal



Primero es importante saber que describir es representar la realidad mediante palabras. Muchas veces se ha definido como pintura verbal. Si la historia en la narración se desarrolla como un proceso temporal, el contenido de la descripción detiene el transcurso del tiempo para observarlos detalles de un objeto, una persona o un entorno como si de una pintura se tratara.


De acuerdo a lo anterior, un texto descriptivo es aquel que tiene por finalidad representar el aspecto de algo o alguien, explicando sus características, sus partes, o cualidades. 
En otras palabras, la descripción utilizada en la redacción es como una herramienta que ayuda a transmitir con mejor fidelidad la apariencia de una cosa, o de alguien en particular. 
De esta forma, mientras la descripción sea buena y detallada, mejor se transmite la idea del escritor.


Para realizar una descripción tienes que:

      1º.- Seleccionar la información más importante. 
      2º.- Ordenar esa información en el espacio y tiempo: de lo general a lo concreto.

Existen dos tipos de descripciones según intervenga o no la visión personal del que escribe el texto: científica (cuando nos informa con precisión de las características físicas de lo descrito y por lo tanto, es objetiva, al describir tal cual es aquello de lo que se habla en el texto .

Este tipo de descripción la que encontramos en enciclopedias y en ella no interviene el parecer del que describe) y literaria (cuando lo descrito se realiza de un modo muy personal, intervienen los sentimientos y pensamientos del que realiza la descripción, es, por tanto, subjetiva).
 
El texto descriptivo consiste en la representación verbal real de un objeto, persona, paisaje, animal, emoción, y prácticamente todo lo que pueda ser puesto en palabras.

Este tipo de texto pretende que el lector obtenga una imagen exacta de la realidad que estamos transmitiendo en palabras, una especie de “pintura verbal”.

Es muy importante diferenciar dos tipos de descripción: la técnica y la literaria. Entre ambos hay muchas diferencias:

- En la descripción técnica es fundamental que la objetividad siempre sea respetada para que la información no sea distorsionada por algún punto de vista u opinión. El lenguaje que se utilizará es frío, con palabras técnicas que sólo apuntan a explicar una característica de lo que se intenta representar.

- En la descripción literaria se da lo opuesto, primando la subjetividad del autor y el uso de palabras con la búsqueda agregada de generar una estética agradable. Importante también, es aclarar que la realidad que nos describe el escritor puede haber salido de su imaginación, y ser perfectamente un texto descriptivo, dado que, al fin y al cabo, se trata de una realidad: la suya.

Una característica esencial, que se aplica en ambos tipos de descripciones, es que se trata de textos atemporales. Esto significa que lo que describimos, al momento de hacerlo, no se mueve en el tiempo sino que lo detenemos unos instantes para hablar de él como un todo estático.

El proceso de descripción se divide en tres etapas. La fase final es presentar lo que se definió en las primeras dos. La primera, entonces, consiste en observar la realidad, analizando detenidamente todos los detalles que podamos reconocer para luego, en la segunda etapa, podamos ordenar esa información. Haremos esto para que el texto pueda ser interpretado con claridad, organizando el texto de una manera lógica (de lo más importante a lo menos importante o viceversa; de lo general a lo particular o viceversa; de la forma al contenido o viceversa).

lunes, 27 de abril de 2015

Cuento de la semana: "Ante la ley"

Franz Kafka



Ante la ley hay un guardián. Un campesino se presenta frente a este guardián, y solicita que le permita entrar en la Ley. Pero el guardián contesta que por ahora no puede dejarlo entrar. El hombre reflexiona y pregunta si más tarde lo dejarán entrar.

-Tal vez -dice el centinela- pero no por ahora.


La puerta que da a la Ley está abierta, como de costumbre; cuando el guardián se hace a un lado, el hombre se inclina para espiar. El guardián lo ve, se sonríe y le dice:
-Si tu deseo es tan grande haz la prueba de entrar a pesar de mi prohibición. Pero recuerda que soy poderoso. Y sólo soy el último de los guardianes. Entre salón y salón también hay guardianes, cada uno más poderoso que el otro. Ya el tercer guardián es tan terrible que no puedo mirarlo siquiera.

El campesino no había previsto estas dificultades; la Ley debería ser siempre accesible para todos, piensa, pero al fijarse en el guardián, con su abrigo de pieles, su nariz grande y aguileña, su barba negra de tártaro, rala y negra, decide que le conviene más esperar. El guardián le da un escabel y le permite sentarse a un costado de la puerta.

Allí espera días y años. Intenta infinitas veces entrar y fatiga al guardián con sus súplicas. Con frecuencia el guardián conversa brevemente con él, le hace preguntas sobre su país y sobre muchas otras cosas; pero son preguntas indiferentes, como las de los grandes señores, y, finalmente siempre le repite que no puede dejarlo entrar. El hombre, que se ha provisto de muchas cosas para el viaje, sacrifica todo, por valioso que sea, para sobornar al guardián. Este acepta todo, en efecto, pero le dice:
-Lo acepto para que no creas que has omitido ningún esfuerzo.

Durante esos largos años, el hombre observa casi continuamente al guardián: se olvida de los otros y le parece que éste es el único obstáculo que lo separa de la Ley. Maldice su mala suerte, durante los primeros años audazmente y en voz alta; más tarde, a medida que envejece, sólo murmura para sí. Retorna a la infancia, y como en su cuidadosa y larga contemplación del guardián ha llegado a conocer hasta las pulgas de su cuello de piel, también suplica a las pulgas que lo ayuden y convenzan al guardián.

Finalmente, su vista se debilita, y ya no sabe si realmente hay menos luz, o si sólo lo engañan sus ojos. Pero en medio de la oscuridad distingue un resplandor, que surge inextinguible de la puerta de la Ley. Ya le queda poco tiempo de vida. Antes de morir, todas las experiencias de esos largos años se confunden en su mente en una sola pregunta, que hasta ahora no ha formulado. Hace señas al guardián para que se acerque, ya que el rigor de la muerte comienza a endurecer su cuerpo.

El guardián se ve obligado a agacharse mucho para hablar con él, porque la disparidad de estaturas entre ambos ha aumentado bastante con el tiempo, para desmedro del campesino.
-¿Qué quieres saber ahora? -pregunta el guardián-. Eres insaciable.
-Todos se esfuerzan por llegar a la Ley -dice el hombre-; ¿cómo es posible entonces que durante tantos años nadie más que yo pretendiera entrar?

El guardián comprende que el hombre está por morir, y para que sus desfallecientes sentidos perciban sus palabras, le dice junto al oído con voz atronadora:

-Nadie podía pretenderlo porque esta entrada era solamente para ti. Ahora voy a cerrarla.

domingo, 26 de abril de 2015

Hallar conceptos a través de los protocolos de lectura


De casualidad, ¿en alguna de tus asignaturas has tenido que hacer un protocolo de lectura, y no sabes qué es, y mucho menos cómo hacerlo? pues bien, aquí te diremos en que consiste, y coómo  hacer un buen ejercicio, ya que en la mayoría de instituciones de educación superior en alguna asignatura, sin importar la carrera, es propuesta esta actividad.

Para iniciar, es importante aclarar las diversas funciones que tienen este tipo de actividades,  es un instrumento de trabajo utilizado usualmente para extraer los conceptos encontrados en la lectura, no hay ningún límite para la cantidad de extracción de conceptos, pues si logras identificar todos los que encuentras en la lectura, mejor será tu trabajo. Estos dan cuenta del proceso de aprendizaje que se ha realizo al sustraerlos y darles un comentario a cada uno de ellos. En algunos casos, estos términos son utilizados para la realización de la tesis, que corresponde a un proyecto de investigación realizado durante los últimos semestres cursados en la universidad.


Continuando con lo anterior, se recomienda utilizar un resaltador cuando se esté realizando la lectura, para ir subrayando los conceptos, también realizar un cuadro en Word, dividido por cuatro casillas, la primera que diga: Autor, aquí se pondrá el tema, fecha de publicación e impresión,  la segunda columna: Concepto, la siguiente: Descripción del concepto, el significado de esté y por último, comentario, que son las acotaciones que realiza el reseñador de los conceptos, dicho de otro modo comentarios propios con respecto al término. Además de esto, es importante anexar en referencias bibliográficas lecturas alusivas a los conceptos reseñados, ya que esto permite la adquisición de conocimientos y enriquecerlos, además de facilitar el proceso de apropiación de estos. 

Un ejemplo de protocolos de lectura:


sábado, 25 de abril de 2015

¡Qué nervios! Tengo que exponer... ¿Cómo hacer una buena exposición?



Levantarse y hablar frente a muchas personas siempre será una situación que pondrá nervioso a cualquier ser humano, sin importar su espontaneidad o qué tan hábil sea éste con el discurso.

Hoy CELEE te enseñará algunas técnicas para que expongas con libertad frente a tu clase, no sólo en términos de controlar los nervios, sino para que puedas dominar una línea discursiva impecable que cumpla con todos los requerimientos que prevé el tema a exponer.

1.    Es importante que tengas pleno dominio del tema a exponer. Es decir, que hayas hecho la investigación previa, a conciencia, y que comprendas a cabalidad cada fragmento o ítem a desarrollar durante la exposición. De no ser así, estarás muy nervioso y desubicado, pues si no entiendes lo que estás diciendo, ¿cómo explicarlo?

2.    Escribe lo que vas decir, de forma organizada y léelo en voz alta. Esto te ayudará a tener mayor fluidez al momento de exponer, ya que tendrás todas las ideas organizadas, de antemano. Leer en voz alta te ayudará a recordar el discurso y a apropiarte del tema.

3.    Haz fichas con los datos más importantes de la temática a abordar. Utiliza cuadritos medianos o pequeños de un material agradable a la vista y ahí escribe las ideas principales que te permitan conducir tu discurso por la línea que ideaste desde el inicio.


4.    Intenta hacer contacto visual con el público y habla en un tono de voz que todos puedan escuchar. Este último es muy importante, ya que mirar a la audiencia proyecta seguridad y genera credibilidad en el orador, además, hablar en un tono de voz que todos alcancen a escuchar, hace que la exposición sea más amena y que el público esté atento.